«El deporte te enseña que no puedes permitir que tus triunfos te vuelvan complaciente ni dejar que tus miedos te impidan desarrollarte,» dice Shavannia Williams desde la altura de sus estilettos de 15 centímetros a un grupo de mujeres ejecutivas reunidas en Heels & Helmets (Tacones y Cascos); un campamento en Wahington D. C., Estados Unidos, donde el deporte es utilizado para ayudar a las mujeres a mejorar en el ámbito de los negocios.
Shavannia es experta en marketing deportivo y ha trabajado con las ligas mayores de baloncesto, béisbol, fútbol americano, hockey y baloncesto femenino de los Estados Unidos. Siempre practicó deportes y su pasión es alentar a las mujeres a practicar deportes para así obtener habilidades que les ayudarán en todas las áreas de la vida; tales como formación de equipos, fijación de objetivos y liderazgo.
Aunque el uso de analogías deportivas en el mundo empresarial no es nuevo, muchas organizaciones se han volcado a analizar si la práctica de deportes puede ayudar a las mujeres a mejorar sus habilidades como empresarias.
Al entrevistar a mujeres en puestos gerenciales, la consultora Ernst and Young encontró que la gran mayoría de ellas había practicado algún deporte en la escuela o la universidad, y lo seguían haciendo. La consultora ha lanzado su propio programa (Red Global de Liderazgo de Mujeres Atletas) para conectar a las mujeres con el deporte, al considerar que su investigación ha validado el rol fundamental de la práctica deportiva en el desarrollo de la capacidad femenina de liderazgo.
Shavannia Williams también destaca los beneficios que una mujer de negocios puede obtener en términos de contactos y relaciones al ganar acceso al vestuario, ese espacio exclusivo -real o metafórico- donde se dice que los hombres sellan acuerdos y toman las decisiones de negocios más importantes.
Resiliencia Más Fuerte
«Las mujeres deportistas suelen mostrar más confianza. Esto puede ir desde un firme apretón de manos hasta hablar con autoridad,» dice a la BBC Karlyn Lothery, consultora comunicacional de Washington que trabaja con atletas y utiliza el poder psicológico del deporte para ayudar a sus clientes.
«Cuando una mujer deportista devenida en empresaria quiere dejar algo en claro, lo logra. Las atletas tienen la confianza de decir ‘Vamos a hacer esto, podemos hacer esto, y vamos a ganar’ sin ningún asomo de vacilación o duda en su voz. Hay una gran fuerza allí,» agrega Lothery.
Una mujer que practica deportes también tiene una mayor resiliencia, que es la capacidad de asumir situaciones difíciles y sobreponerse a ellas, porque en el deporte se debe aprender a perder, y después a levantarse y volver al juego.
Brujas VS. Ambiciosos
«Las mujeres que quieren ganar son consideradas, a veces, como brujas. A un hombre ansioso por ganar se lo considera un ganador,» afirma Sheila Wellington.
Profesora de la Escuela de Negocios Stern de la Universidad de Nueva York, Wellington concuerda con que el contacto con el deporte le da a las mujeres experiencia y perspicacia muy útiles en el mundo de los negocios.
«A una mujer que compite no se la considera femenina. A un hombre competitivo se lo tilda de ambicioso. El deporte le enseña a las mujeres que no hay nada malo en ganar y que está muy bien llegar a la cima, que no hay nada malo en querer ser parte del equipo ganador».
Wellington considera que esas son lecciones de vida muy importantes, y que deben ser aprendidas por las mujeres cuanto antes -mejor de niñas- para su beneficio.
El Deporte Es Solo Una Parte
Pero sólo practicar deportes no basta, sostiene Maureen Weiss, profesora de kinesiología de la Universidad de Minnesota.
«Creo fervientemente que los deportes competitivos y otras actividades físicas pueden aportar las herramientas necesarias para el mundo de los negocios a las mujeres, pero esto no es algo que suceda automáticamente,» sostiene Weiss.
La profesora afirma que si una persona tiene una experiencia negativa con el deporte, esto puede tener un efecto nocivo sobre su autoestima y motivación. Considera que es necesario un mayor entendimiento en cuanto a lo psicológico para así poder obtener los máximos beneficios que el deporte puede ofrecer en cuanto a mejoras en las aptitudes sociales a niñas y mujeres.
«Muchas niñas abandonan el deporte cuando llegan a la pubertad, la misma edad en la que empiezan a perder confianza en sí mismas y autoestima,» señala por su parte Elizabeth Kunz, de Girls on the Run, una organización sin fines de lucro que busca mejorar la salud física y mental de las niñas a través de actividades deportivas.
Kunz dice que alcanzar una meta que muchos consideraban imposible genera confianza y enseña el valor de tener un objetivo, del esfuerzo y la determinación. En Girls on the Run, dice Kunz, «tratamos de darles a las niñas las herramientas que necesitan» para atravesar los momentos difíciles.
El mensaje es claro: el mundo de los negocios es duro, si empleas las mismas tácticas que en un deporte competitivo, tendrás más oportunidades de ganar. Y, por si quedaba alguna duda, ganar está bien, chicas.