Los atletas profesionales parecen tener un interruptor mental que les permite deshacerse de todas las “debilidades” humanas a la hora de entrenar en pos de un objetivo. Los profesionales no comen en base a sus emociones, ni dejan que éstas determinen si van o no al gimnasio. Para ellos no existen pensamientos como “Hoy me quedo en casa y mañana compenso,” o “He trabajado mucho en la oficina, me merezco este bocadillo.”
Puedes afirmar que entrenar es parte de su medio de vida, pero si has tenido la oportunidad de compartir gimnasio con un culturista profesional o atleta de otro deporte, habrás notado las grandes diferencias (más allá de pesos y rutinas) que hay entre su trabajo y el de los demás.
Este enfoque -meticuloso y profesional- te puede ser muy útil si estás detrás de un objetivo, que puede ser bajar de peso o conseguir un físico tonificado y marcado.
No es necesario que adoptes un estilo profesional al cien por cien -porque esto quitaría mucho de lo agradable y divertido que tiene entrenar- pero sí algunas ideas básicas que te permitirán alcanzar tu objetivo en mucho menos tiempo.
Mike Christian, culturista profesional miembro del Salón de la Fama de la IFBB, nos cuenta algunas cosas en las que evitaba caer cuando entrenaba para competir al más alto nivel:
Cosas Que Los Profesionales Evitan
“Siempre que entraba al gimnasio,” dice Christian, “evitaba hablar con la gente -incluso con los amigos- hasta después de terminar mi rutina. Gracias a eso podía entrenar con intensidad y concentración, y extraer lo mejor de mí. Siempre hay tiempo para unas risas después de terminar de ejercitar.”
Algunas cosas que los atletas evitan y que tú también puedes poner en práctica para entrenar como un profesional:
- No comer hasta estar demasiado hambriento;
- Ceder ante la tentación. Aprende a reconocerla y no trates de combatirla, solo haz otra cosa hasta que ceda (no debe llevarte más de 10 minutos);
- Comer en respuesta a situaciones emocionales o para escapar a la realidad. Busca alternativas (como el ejercicio mismo);
- Justificar la comida basura en eventos sociales o con amigos. Siempre existen opciones saludables;
- No pensar o planificar a largo plazo;
- Ir al gimnasio sin saber qué harás;
- Omitir el entrenamiento que has planificado;
- Permitir que tus emociones dominen tus acciones.
“Si tienes un objetivo en mente, actúa casi como una máquina,” aconseja Christian. “No permitas que tus emociones te dominen al punto que necesites su aprobación en todo momento para avanzar en tu plan. Los estados de ánimo vienen y van, incluso en un mismo día. La motivación viene y va. De manera que si quieres conseguir tu objetivo, entrena bien, come bien, descansa bien.”
Sin Conjeturas En El Gimnasio Y La Cocina
Tener un plan es lo primero que debes hacer cuando buscas un objetivo físico (o de cualquier otro tipo). Trabájalo con tu entrenador y nunca pises un gimnasio sin saber cuál será tu trabajo de ese día.
Tu plan de entrenamiento debe ser desafiante para ti. Incluso debe generarte un poco de nerviosismo y temor por no saber si podrás cumplirlo. Si estás cómodo con tu plan de entrenamiento, significa que no es lo suficientemente desafiante, y que no progresarás mucho con él.
Cuando estés en casa no abras el refrigerador buscando qué comer. Los profesionales siempre saben cuál será su próxima comida y la tienen preparada o con todos los ingredientes a mano. “En el gimnasio y en la cocina no existe el azar,” afirma Christian. Asegúrate de tener al alcance de tu mano algo saludable y planea tus comidas con antelación.
“Cuando consigas tu objetivo serás la persona más feliz del mundo y verás que todo el esfuerzo valió la pena,” finaliza Christian.